lunes, 13 de abril de 2009

El cine y la globalización







El cine mexicano está en una fase de contracción (sobre todo en la producción), de concentración (en unas pocas empresas) y de transnacionalización.

La globalización para muchos sigue siendo una novedad, aunque hay quienes sostienen que este proceso que no comenzó hace poco, sino que, de hecho, ha ido acompañando la expansión de la "civilización occidental" o, más precisamente, la del sistema capitalista mundial.

La "globalización" puede considerarse descriptivamente como un proceso real, actual y casi "inexorable", es función todavía de los Estados-nación decidir (dentro de determinados límites) las maneras en que se articulan al proceso histórico más amplio en lo económico, lo político y en los intercambios culturales.

Durante el sexenio de Luis Echeverría (1971-1976), la cinematografía mexicana fue casi totalmente estatizada, aunque no necesariamente "nacionalizada", pero las administraciones siguientes se encargaron de "devolver" el cine a la iniciativa privada.

La "liberalización" de la industria cinematográfica alcanzó su culminación y formalización legal con la nueva Ley Federal de Cinematografía, cuyo proyecto fue enviado por Carlos Salinas de Gortari el 19 de noviembre de 1992 y la cual fue aprobada, prácticamente sin discusión en diciembre de 1992 por las Cámaras de Senadores y de Diputados. Miembros de la comunidad cinematográfica y de la oposición criticaron la nueva legislación "por fomentar y fortalecer los monopolios y abrir el mercado nacional al cine extranjero.

Ante las políticas "neo liberales", que se supone han dejado al sector a merced de las "leyes" de la oferta y la demanda, la situación que presenta actualmente la industria cinematográfica nacional se ha traducido en tres principales rasgo:
a) Un proceso casi inexorable de contracción, en particular de la producción nacional; b) otro de concentración en unas pocas empresas, tanto de la producción como de la distribución y la exhibición, y c) una acelerada transnacionalización, es decir, una cada vez mayor articulación subordinada y receptiva al mercado mundial, a su vez dominado por la industria cultural más poderosa del mundo, la de Estados Unidos.




La producción cinematográfica mexicana en los últimos años ha disminuido de manera alarmante, muy probablemente en virtud de las terribles crisis económicas.
Una posibilidad de revivir un poco la industria cinematográfica en México, en el ámbito de la producción~ es la de hacer del país una maquiladora filmica de Hollywood. Si bien desde los años cuarenta y cincuenta se realizaron películas estadounidenses en el país, por ejemplo en el estado de Durango que durante algunos años se convirtió en el "set" para la filmación de películas del "viejo oeste", esto ocurrió simultáneamente a la realización creciente de películas mexicanas. Sin embargo, como hemos visto la: producción mexicana está declinando dramáticamente.

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